Soy Rubén Lagares, guía certificado de Baños de Bosque por el Forest Therapy Hub (FTHub). Las trochas y veredas recorridas hasta la fecha me han llevado paulatinamente a percibir lo que somos desde una perspectiva que aúna raíces y ramas, rocas y piedras, personas y animales, paisaje y paisanaje, tierra y cielo, mar y montaña…ensanchando mi propia percepción de aquello que llamamos vida.
Germiné en Barakaldo, en un entorno fabril que dista, cómo de la noche al día, del entorno boscoso del que provienen mis padres, en el que (ellos sí) pastoreaban su ganado y labraban su preciada tierra. Yo crecí como Ser urbano, si bien durante los períodos vacacionales volvía a mis orígenes sin ser aún consciente, volvía al “pueblo” haciendo que se diluyera un tanto mi carácter urbano….aún así recuerdo por aquel entonces mi anhelo por volver a la ciudad, donde disfrutaba de todos los estímulos y la seguridad que necesitaba en un entorno que empezaba a conocer.
Así, tras años de educación urbana llegué a cursar Geografía en la universidad (UPV-EHU) de un modo natural (vocacional) y sin finalizar los estudios anidó en mi la percepción geográfica, que supuso un punto de inflexión en mi comprensión de las relaciones entre el Ser humano y su medio.
Profundamente agradecido por conocer la geografía decidí especializarme cursando un master de temática ambiental (gestión y conservación de espacios naturales protegidos), en el que empezaba a gestarse mi propia vuelta a la naturaleza.
Así, tras conocer los fundamentos teórico-prácticos de la gestión del territorio, incluidos los de los espacios naturales protegidos, me vi atraído por el mundo forestal y decidí adentrarme en él para ahondar en el conocimiento de la vida de los ambientes forestales, pero una parte de mi sabía que no era un conocimiento completo porque carecía de algo que aún no vislumbraba discernir.
Concediendo el valor que se merece a la formación reglada oficial, que considero necesaria, he de decir que, ahora que ya tengo cierto bagaje y perspectiva, está basada en términos de gestión, aprovechamiento, uso y consumo…en definitiva, una visión utilitarista que deja poco espacio al disfrute, a la experimentación propia a través de los sentidos, a la intuición, al conocimiento ancestral (comúnmente vilipendiado), al juego, a la emoción….propios de una educación complementaria que reivindico a través de los baños de bosque.
El Camino de Santiago, al margen de las motivaciones que nos animan a transitarlo, supuso para mí ese espacio de auténtica libertad y conocimiento personal que me llevó lentamente hacia los bosques y posibilitó que fuera completando ese conocimiento previo. Tras miles de kilómetros recorridos a pié pude comprender el arte de caminar, comencé a admirar la contemplación, me sincronicé con los ritmos naturales, pude maravillarme con la belleza de los paisajes, de la naturaleza, de los bosques…todo ello acompañado de personas tan parecidas como diferentes a mi que colmaron esta experiencia haciendo de ella algo único y que me “empuja” ahora a compartirla con vosotr@s.